Este proyecto aborda la añorada seguridad para jugar en la calle que existía en el pasado y que hoy, debido a la inseguridad, se ha perdido. Los niños se refugian en las pantallas, mientras el espacio público se vuelve inseguro. Con esculturas de niños inmersos en juegos tradicionales (el luche, la pinta, la escondida, las naciones), se busca conmover y promover una reflexión sobre cómo recuperar estos espacios públicos vitales.